viernes, 9 de enero de 2009

Negro


Dicen que el negro es la ausencia de color. Igual que dicen que el blanco es el conjunto de todos los colores unidos. Es curioso y bonito el contraste que crean.

Casi siempre visto de negro. No es por aquello de que sienta bien, de que estiliza o aporta elegancia. Simplemente, me gusta.
Cuando voy a comprar ropa (lo cual no ocurre muy frecuentemente), me sucede algo bastante peculiar. De hecho, hasta hace muy poco tiempo no era consciente de ello y, ahora que lo soy, trato de evitar caer en "la trampa".


Lo que me sucede es que voy buscando alguna prenda que necesite y, cuando encuentro lo que se aproxima a la idea que tengo en mi cabeza, por más que me guste y me la pruebe en color rojo, naranja, verde o amarillo (si la hay), me la acabo comprando negra.





Tito dice que esa elección no es más que una extrapolación de mi modo de ser y de ver las cosas; él siempre dice que soy una tía muy pesimista, con tendencia a meditar las cosas demasiado, a poner trabas del tipo "y si..." o "por si...". Una tía negativa.

Durante mucho tiempo pensé que llevaba razón; mi modo de enfrentarme a las cosas se suele aproximar bastante a eso. Siempre me coloco una especie de "parapeto" por delante, un "escudo", algo que me garantice que, si viene un golpe, a menos así, será más flojito.

Sin embargo, en otras ocasiones analizo mi forma de ser y me doy cuenta de que ese "encasillamiento" no es justo; porque, en el fondo, el que es negativo y pesimista, el que lo ve todo negro, no lucha. Y yo soy bastante peleona. Y lo soy en prácticamente todo lo que se me ponga por delante: así es como saqué mi licenciatura en 5 años justitos; De esa manera, aprobé mi oposición desbancando a todos los que me llevaban la ventaja de ser interinos; Así es como intento levantar mi casa actualmente del mejor de los modos y así... así escarbo cada día entre la desgana para que aflore mi fuerza de voluntad para cumplir con cada uno de los entrenamientos que me servirán para progresar en el deporte que practico.




Yo creo que si fuese pesimista, negativa, etc. no tendría ilusión ni esperanza. Creo que ahí está la diferencia. Yo soy muy entusiasta. Me gusta tener proyectos, llevar a cabo mis deseos (cueste lo que cueste) y lo único que me duele es comprobar que todo no puede salir como lo planeo. El afán que he tenido siempre por controlar lo que llevo a cabo desde el principio al fin, ansiando que todo salga correctamente, me ha hecho ganarme ese "sambenito"; cuando algo no salía según lo esperado y yo sufría una decepción (y me tomaba mal las consecuencias), Tito venía a recordarme que soy N E G A T I V A.

Pero ya no quiero ese calificativo para mí; porque, realmente, no me describe.

Todos tenemos un polo positivo y uno negativo. Y mi polo negativo no es más grande que el positivo. Conozco a gente a la que eso sí le sucede. En nada se parecen a mí.

Así que, aunque me vista muchas más veces de negro que de naranja o rojo, aunque me queje cuando algo no sale como yo quería, aunque mi afán por la perfección a veces se interponga por delante del sosiego y haga algunos problemas más grandes de lo que en realidad puedan ser... creo que, por muchos otros motivos, pero sobretodo porque me gusta sonreir, disfrutar de mi gente y mis amigos, tener grandes proyectos y vivir la vida... merezco que no se me considere una persona negativa.

No hay comentarios: