domingo, 31 de agosto de 2008

Saboreando triatlón

Bueno, retomo el blog (quasi abandonadico) para contar que me he decidido a participar en el Cto. de España de El Ferrol.


Me coincidía con una de mis guardias (para variar la dinámica de este año ;o) ...) pero opté por auto-empujarme y cambiarla, sabiendo que la experiencia será dura después de llevar toooodoooo este mes sin correr y sin haber nadado tampoco en las dos últimas semanas.
Mi gemelo y mi hombro están pa' chopped, así que... la premisa es clara: echar el rato en el mar, probar el puertecito cañero de 3ª con la bici hasta sufrir como una plañidera; y acabarlo corriendo (ójala pueda ser!) sin forzar la máquina más de lo que me permita mi débil anatomía llegado ese instante.




Este mes, que ha sido el de mis "vacaciones", las cuales, por otra parte, sólo he aprovechado para hacer el cañón de Guara y para ir aniquilando movidas de la casa... en lo deportivo, lo he dedicado exclusivamente a las dos ruedas: más de 700 kilómetros de pedaladas y más de un día completo sobre el incómodo sillín (25 horas, 32 minutos). Ahí queda eso!




Así que, aunque las sensaciones no han sido muy buenas... (no tengo en absoluto la impresión de ir más cómoda y más ligera, sino más bien, lo contrario... cada día con menos fuerza y más flojucha), he hecho kilómetros... que dicen que eso es lo que cuenta para adquirir técnica y destreza con el paso del tiempo.

Y poco más: En definitiva, muchas salidas largas, pocas cañeras y alguna facilona y flojilla por aquello de que estoy que no estoy.



Espero que quede muuuchoo por mejorar, porque ahora mismo (creo que, también, el tener la cabeza ocupada con lo de la vivienda me está machacando bastante) tengo la impresión de que la temporada no ha sido nada buena.

Me planteo la posibilidad de empezar a entrenar en un club fuerte el año próximo. Pero sigo sin tener claro si eso me va a compensar o si, realmente, esto tampoco me importa tanto tantísimo como para ocupar mi mente casi exclusivamente con el triatlón (que yo luego me involucro mucho). También valoro las salidas con los colegas, las escapadas a la montaña y la práctica de otros deportes... y este exige demasiado como para poder entrenar en serio y disfrutar de lo otro también. O, al menos, así lo veo yo ahora: o te implicas al 100% y dedicas casi todo tu tiempo libre al tri, o lo llevas a medias, como he hecho yo este año y gozas de otras muchas posibilidades.



En fin... el tiempo dirá!

lunes, 18 de agosto de 2008

Agua y sol

Seguimos en la brecha; Mi gemelo continúa su recuperación poco a poco, después de aceptar el consejo de Anna, que me instó a dejar de correr durante el tiempo que dure el tratamiento con ella.
Al final, va a ser lo más sensato. Así que, es tiempo de hacer largos y pedalear.


Pero también hay tiempo para otras cosas.
Durante esta pasada semana (11-17 de Agosto), he realizado dos sesiones de natación (2500 + 2700 metros) y otras dos de bici (61'2 + 69,6 km). Y no ha habido tiempo para más porque también he aprovechado para salir desde el jueves a la madrugada del domingo a pasar un par de días de ocio y buen rollo con algunos coleguitas.

El lunes había nadado y el miércoles salí en bici con mis dos compis habituales para cubrir la distancia mencionada en 2 horas 10 minutos (a 28.17 km/h de media).

El jueves, antes de salir de viaje, regresé a la piscina para meter series de 200 a mis ritmos habituales (eso sí, sin forzar la máquina... aeróbico ligero absoluto) y hacer alguna más exigente de 100 con aletas.

A eso de las 17.00 nos pusimos en ruta hacia la Sierra de Guara (otro paraíso aún bastante intacto, a pesar de que los franceses lo gozan más que los españoles). Llegamos al camping, nos hicimos unos montaditos de fortuna para cenar y nos acostamos, para descansar con el fin de disfrutar bien del cañón al día siguiente.




El viernes yo estaba encantada. Esta era la tercera ocasión que iba a Guara; La primera fue allá por el 91, cuando aquello sí que era desconocido y, a mis tiernos 12 años, me machaqué los cañones más salvajes de la zona: Mascún, Barrasil, Peonera... Como me quedaba por bajar el Gorgas Negras, volví al cabo de unos años (tendría unos 22) con mi familia al completo y, sin guía ni leches, nos metimos en el paraíso Guareño y continuamos por el Barrasil hasta el camping.

Así que, de buena mañana, fuimos al encuentro de nuestro guía Jose Luís para hacer la Peonera Superior (barranco con mucho menos tirón que su homónimo inferior por aquello de la presa...) Y fue genial, porque estaba desierto. Sólo vimos un grupo de 4 personas en todo el día.


La experiencia fue maravillosa: es un barranco sencillo, (ideal para que se iniciasen 3 de nuestros muchachos); con marcha de aproximación cuesta abajo, rápel de entrada de 6 metros + bajada en oposición de otros 3 m. y salida al río. Comimos antes de enfundarnos los neoprenos y meternos en el agua y descansamos un rato a la sombra.


En el curso del río todo fue disfrute: saltos, sifones... magia!
Tras algo más de 2 amenas horitas de agua, nos sacamos los trajes, recogimos y emprendimos la marcha (ahora ya sí, cuesta arriba... y bastante, pero con unas sensaciones geniales: ni con la mochila de más de 20 kilos me subían las pulsaciones y eso que se remontaban 200 metros de desnivel en muy pocos minutos caminando).


Llegamos a la base de la empresa y nos tomamos unas cañas con el guía (un chaval majísimo, al que fuimos conociendo a lo largo del día). Recogimos y nos fuimos al camping. Ducha y trayecto hasta Rodellar para cenar en La Parada del Olvido, donde nos machacamos unas bravitas, ensalada y solomillo riquísimo. El postre, tiramisú, no fue de lo mejor.


Al día siguiente (sábado), tras pasar por Siétamo a hacer la oportuna parada en la pastelería de siempre, nos fuimos a Zaragoza a la Expo. De este día no tengo nada que reseñar, salvo el magnífico desfile de los muchachos del Cirque du Soleil.
El resto, mierda, mierda y más mierda (es mi opinión). Pero es la conclusión que extraigo tras comprobar la clase de negocio que es aquello: La peña haciendo cola para que le den una gorra, porque la información que cuelgan en cada pabellón sobre los temas relacionados con el agua (algunos muy interesantes: cambio climático, desalación, sequías, aprovechamiento de recursos energéticos naturales...) les importa un bledo. Todos los domingueros pasando sin pena ni gloria por un pabellón tras otro a ver si dan un souvenir.

Y luego, paga una pasta por comerte un bocata o un refresco. En fin... la clase de turismo que detesto. Pero esta también ha sido una lección para saber qué NO hacer en el futuro.



Tras pasar el día pululando por allí, nos vinimos a Madrid por la noche, para salvar los seguros atascazos del domingo (fin de quincena y del puente de Agosto) y así, ayer aproveché para hacer otra salidita hacia Soto con Salvita. Cubrimos la distancia habitual en 2h 27 minutos (a 28.29 km/h de media), lo cual está bastante bien.


Y hoy comienza una nueva semana, en la que habrá que seguir en la misma línea que estas dos anteriores. Pero eso, ya lo cuento otro día.

lunes, 11 de agosto de 2008

Las bicicletas son para el verano

Y por eso, esta semana, casi me he metido 200 km. y 7 horas de pedaleo. Porque es el momento de dar descanso a mi gemelo y así, aprovechar para mejorar en las disciplinas en que más flojeo (que no es que sea un galgo corriendo... pero los resultados dicen que es lo que mejor llevo -o llevaba antes del parón- si comparo mis tiempos en los tres segmentos con los de las chicas contra las cuales compito).



Así que, semanita de casi 10 horas de entrenamiento sólo a base de largos de natación y pedaladas sobre la bicicleta. No he corrido ni un metro ni he levantado un sólo kilo en el gimnasio.
Y bueno, teniendo en cuenta que he entrenado 6 días sin doblar, no me encuentro mal.


Ayer fue el día más heavy: 88 kilómetros en recorrido Sanse - Manzanares - Cerceda - Sanse, en 3 horitas y poco ( a 27.6 km/h de media). No está mal. Tampoco bien... pero bueno, al menos he conseguido que desapareciesen las molestias en el gemelo. Empecé muy gradualmente y creo que eso fue muy beneficioso para tolerar el entrenamiento sin molestias y sin excesiva fatiga. La que vino, vino por causas obvias: no llevábamos nada de papeo, eran más de las dos de la tarde y el sol y el vientecillo en contra comenzaban a hacer mella.




En natación sigo sin encontrar el camino. No veo la luz. Pero bueno, supongo que el tocar más el agua y más a menudo, servirá para algo a largo plazo. Lo malo es que mi hombro tocado por la escalada se resiente un poquito cuando las sesiones se espacian menos en el tiempo. Y la rodilla derecha, también se me queja del menisco externo.
Conclusión: estoy para ponerme parches por todas partes!!!



Bueno, pero estoy contenta por las buenas experiencias rodando por carretera con mi liebre, con mi fiel escudero y porque me están cundiendo las vacaciones de encierro en casa.
La crisis, es lo que tiene: este verano, no toca salir.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Dar cera, pulir cera...

Es el momento de la reflexión: estoy de vacaciones.

He pasado unos días no muy buenos, no demasiado felices; porque, siempre que tengo tiempo para poner la "lavadora" a funcionar, le meto el modo centrifugado antes de tiempo y me pasa lo que me pasa... que cavilo demasiado.




Así que, dado que mi natación no mejora y que mi lesión en el gemelo, tampoco, sigo optando por tratar de conseguir "EL IMPOSIBLE": Alcanzar el positivismo, perder la desconfianza, quitarme los miedos, los obstáculos mentales, afrontar el presente y el futuro con ilusión y energía... es decir, tratar de aprender un poquito de esa buena filosofía tibetana (oriental, en general), para encauzar mi destino por un camino mejor.




Me cuesta mucho. Me cuesta, sobretodo, armarme de paciencia para tratar de avanzar poco a poco. Sigo teniendo en mi contra que todo lo quiero YA. Y eso no puede ser.

Pero tengo bonitos ejemplos cercanos para tratar de asimilar. Tengo a mi pequeño sensei, Titillo, que tan buenas lecciones me regala de cuando en cuando (sobre todo, cuando me azota alguna de esas crisis existenciales que me hace fundirme en negro).

Esta semana he seguido asistiendo a las sesiones de Rehabilitación. No he notado mejoras evidentes. De hecho, aún no he notado ninguna, pero sigo manteniendo la esperanza de que el noble trabajo de Desirée para conmigo surta efecto.


Por el momento, y desde la última sesión de carrera el día 1 (en que tuve que abandonar para no jugarme una casi segura rotura de fibras), no he vuelto a correr. El día 28 también había salido a hacer un rodaje facilín, pero no estuve cómoda del todo. Esto da la lata y no cesa y creo que la solución para llegar a El Ferrol, que es mi gran ilusión para las próximas semanas, pasa por cuidarse y evitar esfuerzos innecesarios o considerables a mi gemelo de 3ª división.


Así que, desde la última vez que escribí, hace ya 10 días, he metido 6 sesiones de pisci (a ver si por aquí me voy saliendo con la mía) y únicamente 2 de bici, que también me ocasiona alguna incómoda molestia en la zona tantas veces mencionada.



Porque esto ya se asemeja más al blog de un gemelo que al de una aficionada al triatlón cuya única ambición sería entrenar sin más molestias y dolores que los puramente debidos a la tralla del entrenamiento.


De todas estas sesiones realizadas, que no son tantas, no cabe destacar por especial ninguna de ellas. No ha habido calidad suficiente como para que merezca la pena gastar "tinta". Lo único reseñable es que en la larga de bici de la semana pasada, salí por vez primera a pedalear por las carreteras de Dios. Fueron poquitos kilómetros, pero con buenas sensaciones y sin miedo. Bastante es.

Por lo demás, ayer crucé la peligrosa línea que me convierte en una mujer "treintañera". Cambio de década y cambio de voluntades. Ahora, más que nunca, deseo hacer lo que más me apetezca. Sé que hay cosas que tengo que cambiar en mi caracter, para no dañar a quien tengo cerca, a los que me aprecian, que son además, aquellos a los que yo quiero. Pero también hay mucho que mantener: y entre esas cositas está la lucha diaria para obtener mis objetivos y cumplir mis sueños.

Espero que los vientos hostiles no me hagan perder mi ansiado rumbo.