lunes, 11 de agosto de 2008

Las bicicletas son para el verano

Y por eso, esta semana, casi me he metido 200 km. y 7 horas de pedaleo. Porque es el momento de dar descanso a mi gemelo y así, aprovechar para mejorar en las disciplinas en que más flojeo (que no es que sea un galgo corriendo... pero los resultados dicen que es lo que mejor llevo -o llevaba antes del parón- si comparo mis tiempos en los tres segmentos con los de las chicas contra las cuales compito).



Así que, semanita de casi 10 horas de entrenamiento sólo a base de largos de natación y pedaladas sobre la bicicleta. No he corrido ni un metro ni he levantado un sólo kilo en el gimnasio.
Y bueno, teniendo en cuenta que he entrenado 6 días sin doblar, no me encuentro mal.


Ayer fue el día más heavy: 88 kilómetros en recorrido Sanse - Manzanares - Cerceda - Sanse, en 3 horitas y poco ( a 27.6 km/h de media). No está mal. Tampoco bien... pero bueno, al menos he conseguido que desapareciesen las molestias en el gemelo. Empecé muy gradualmente y creo que eso fue muy beneficioso para tolerar el entrenamiento sin molestias y sin excesiva fatiga. La que vino, vino por causas obvias: no llevábamos nada de papeo, eran más de las dos de la tarde y el sol y el vientecillo en contra comenzaban a hacer mella.




En natación sigo sin encontrar el camino. No veo la luz. Pero bueno, supongo que el tocar más el agua y más a menudo, servirá para algo a largo plazo. Lo malo es que mi hombro tocado por la escalada se resiente un poquito cuando las sesiones se espacian menos en el tiempo. Y la rodilla derecha, también se me queja del menisco externo.
Conclusión: estoy para ponerme parches por todas partes!!!



Bueno, pero estoy contenta por las buenas experiencias rodando por carretera con mi liebre, con mi fiel escudero y porque me están cundiendo las vacaciones de encierro en casa.
La crisis, es lo que tiene: este verano, no toca salir.

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