miércoles, 6 de agosto de 2008

Dar cera, pulir cera...

Es el momento de la reflexión: estoy de vacaciones.

He pasado unos días no muy buenos, no demasiado felices; porque, siempre que tengo tiempo para poner la "lavadora" a funcionar, le meto el modo centrifugado antes de tiempo y me pasa lo que me pasa... que cavilo demasiado.




Así que, dado que mi natación no mejora y que mi lesión en el gemelo, tampoco, sigo optando por tratar de conseguir "EL IMPOSIBLE": Alcanzar el positivismo, perder la desconfianza, quitarme los miedos, los obstáculos mentales, afrontar el presente y el futuro con ilusión y energía... es decir, tratar de aprender un poquito de esa buena filosofía tibetana (oriental, en general), para encauzar mi destino por un camino mejor.




Me cuesta mucho. Me cuesta, sobretodo, armarme de paciencia para tratar de avanzar poco a poco. Sigo teniendo en mi contra que todo lo quiero YA. Y eso no puede ser.

Pero tengo bonitos ejemplos cercanos para tratar de asimilar. Tengo a mi pequeño sensei, Titillo, que tan buenas lecciones me regala de cuando en cuando (sobre todo, cuando me azota alguna de esas crisis existenciales que me hace fundirme en negro).

Esta semana he seguido asistiendo a las sesiones de Rehabilitación. No he notado mejoras evidentes. De hecho, aún no he notado ninguna, pero sigo manteniendo la esperanza de que el noble trabajo de Desirée para conmigo surta efecto.


Por el momento, y desde la última sesión de carrera el día 1 (en que tuve que abandonar para no jugarme una casi segura rotura de fibras), no he vuelto a correr. El día 28 también había salido a hacer un rodaje facilín, pero no estuve cómoda del todo. Esto da la lata y no cesa y creo que la solución para llegar a El Ferrol, que es mi gran ilusión para las próximas semanas, pasa por cuidarse y evitar esfuerzos innecesarios o considerables a mi gemelo de 3ª división.


Así que, desde la última vez que escribí, hace ya 10 días, he metido 6 sesiones de pisci (a ver si por aquí me voy saliendo con la mía) y únicamente 2 de bici, que también me ocasiona alguna incómoda molestia en la zona tantas veces mencionada.



Porque esto ya se asemeja más al blog de un gemelo que al de una aficionada al triatlón cuya única ambición sería entrenar sin más molestias y dolores que los puramente debidos a la tralla del entrenamiento.


De todas estas sesiones realizadas, que no son tantas, no cabe destacar por especial ninguna de ellas. No ha habido calidad suficiente como para que merezca la pena gastar "tinta". Lo único reseñable es que en la larga de bici de la semana pasada, salí por vez primera a pedalear por las carreteras de Dios. Fueron poquitos kilómetros, pero con buenas sensaciones y sin miedo. Bastante es.

Por lo demás, ayer crucé la peligrosa línea que me convierte en una mujer "treintañera". Cambio de década y cambio de voluntades. Ahora, más que nunca, deseo hacer lo que más me apetezca. Sé que hay cosas que tengo que cambiar en mi caracter, para no dañar a quien tengo cerca, a los que me aprecian, que son además, aquellos a los que yo quiero. Pero también hay mucho que mantener: y entre esas cositas está la lucha diaria para obtener mis objetivos y cumplir mis sueños.

Espero que los vientos hostiles no me hagan perder mi ansiado rumbo.

No hay comentarios: