viernes, 26 de febrero de 2010

Despacito

Poquito a poco vamos cubriendo el camino. Últimamente, no es fácil; Si Alexei Pazhitnov creó el tetris, yo lo estoy remasterizando. Pero lo llevo bien; no es más que una cuestión de organización y para eso soy más cuadriculada que el excel.



El caso es que no me queda más remedio que gestionar el tiempo y priorizarlo y he aquí el principal motivo por el cual este blog está tan abandonado.

Sin embargo, todo transcurre como debe transcurrir. La rutina diaria que me envuelve consta de cuatro ingredientes fundamentales: la obra de la casa, el currelo, los entrenamientos y, afortunadamente, la triada familia-"churri"-colegas (que constituye el pilar básico en el que me apoyo para desenvolverme bien con los otros tres mencionados y que se ha erigido en mi válvula de escape para poder seguir adelante sin que todo esto me venza).

La casa demanda actualmente la mayor parte de mi atención y un buen porcentaje de las 24 horas de cada día; pero, por ahora, los problemas han sido menores y no demasiado abundantes. Estoy en la fase del proceso en que más pendiente tengo que estar de todo lo que se va haciendo y donde mi participación es más activa, Pero, si el resultado definitivo es tan bueno como lo viene siendo el parcial, todo habrá merecido la pena.

En el trabajo, mucho lío. Y no por las guardias en sí, sino porque se empieza a cocer un "alzamiento" entre el colectivo de los técnicos, hartos ya de que no se nos forme ni adecuada ni suficientemente, y hastiados de que no se nos reconozca como personal sanitario, cuando realizamos constantemente tareas de tal índole. Estamos tomando una vía que espero que prospere, porque no somos porteadores de equipos de electromedicina y material sanitario sin más y ya está bien del trato de "segunda" que nos brinda nuestro Servicio.


El caso es que entre esto, la necesidad de renovar mi titulación (para lo cual he tenido que hacer un curso) y mi afán por dotar de material deportivo la base en la que estamos ahora, llevo un par de meses con mucho ajetreo en esta parcelita de mi vida, cosa que habitualmente no sucede.

En cuanto a la parte "TRI", la cosa está como debe de estar a estas alturas: bastante volumen, sensaciones nada buenas (justo ahora empiezan éstas a asomar tímidamente), buena motivación, porque el club está funcionando con muchas ganas y porque el entrenador se lo está currando un montón y las clásicas molestias variables que me acompañan a lo largo de la temporada pero que, por el momento, no son más que eso... Aunque últimamente mi pierna izquierda vuelve a manifestarse de un modo que me gusta poco.

Las pruebas vendrán a partir del próximo mes; por ahora, no me he metido en ningún "fregado" competitivo, salvo la Sansil Vallecana (que no cuenta porque corrí en modo entrenamiento disfrutón, con mi mami y destilando adrenalina por todos los poros, de lo bien que lo pasé).
En cuanto a los objetivos, aún no los tengo nada claros porque no sé cuánto más puedo sacar de este exprimido organismo; a veces me parece que poco más. Otras veces, creo que sólo es cuestión de seguir trabajando bien y que, con el tiempo, subiré un gran peldaño sin darme cuenta. Ahora no siento eso; parece que vivo estancadilla en uno de esos niveles y que no hay señales de que vaya de subir al siguiente. Pero prefiero seguir entrenando hasta saber si saco o no saco más del saco.


Este invierno, además, está siendo bastante desfavorable en muchos sentidos; para la obra, fundamentalmente, ya que se está demorando más de lo previsto y muchas fases de trabajo se ven afectadas negativamente por la climatología tan nefasta.
También en el curro es un problema; con las UVI's de mierda que tenemos, cuyos sistemas de dirección, suspensión y frenado dejan mucho que desear, cualquier día con estas lluvias tenemos un susto y luego vienen las lágrimas.
Y para entrenar, pues qué voy a decir que no hayan dicho ya, seguramente, todos y cada uno de los triatletas y demás deportistas de intemperie que tienen que enfrentarse a otro factor condicionante de los planes de entrenamiento. Sólo puedo invocar al señor de los vientos para que, al menos, cuando deje de nevar o llover, nos traiga el sol sin más aditivos ni guarniciones que sus propios rayos, joer ya!


En fin, que a pesar de todo esto, seguimos p'alante y con mucha fuerza (porque hay que echar el resto para que todo salga de la mejor manera posible)