lunes, 15 de diciembre de 2008

Pedaladas en la nieve

Bueno, pues héme aquí afortunadamente entera. Estoy todavía haciendo recuento. Sí... eso de: "los dedos de las manos, los dedos de los pies... (de lo demás yo no tengo) así que me quedo en 20 y no en 23". Pero vamos bien. La cosa cuadra.

Y es que el entrenamiento de hoy ha sido de esos de subir FC y no precisamente por la intensidad sino por el miedito que he pasado.


Comenzamos más tarde de lo previsto porque mi sempiterno compañero de fatigas a lomos de una flaca se ha cargado su pedal automático tratando de ajustarlo.

Se nos ha ido una hora en pedalear hasta la tienda para que el mecánico lo reajustase y ponernos en marcha.

Luego, ha tenido lugar la auténtica aventura. Y es que a escasos 10 km de mi casa, ya se nos cruzaban en el camino los primeros neveros traicioneros; esos que, aprovechando las penumbras y las umbrías, se mantienen intactos endureciéndose hasta convertirse en plaquitas de hielo que luego te hacen ponerte el corazón en un puño cuando la rueda se desliza a sus anchas al atravesarlos.


Por tres veces he podido caer al suelo y por el mismo número de ocasiones, me he visto casi patinando o surfeando la placa hasta, incomprensiblemente, salir indemne de la desaconsejable experiencia. La última, con grito tarzaniano incluido, me ha servido para escarmentar antes de que fuese tarde; así que, a la vuelta, en todos los tramitos conflictivos he ido poniendo pie a tierra (pensando que mejor ahorrarse una ostieja que lamentarse después por cabezota).

Por todo ello, el entrenamiento no ha sido demasiado productivo. He cubierto 55 km, porque ya era demasiado tarde para hacer más y porque, más allá, la cosa se ponía todavía peor.

Así que, casi vengo convencida de que la bici se va a quedar aparcadita (o, colgadita) hasta que la situación sea más positiva. O hasta que me presten algún trasto más apropiado.








A fin de cuentas, a estos kilómetros se les saca muy poco jugo. Es mucho más interesante apretar cuando el tiempo lo permita, que... por otra parte, a este paso no sé cuándo será.

La semana pasada, por este motivo de no poder acumular volumen en bici, se me ha quedado corta de horas (cuando era una semana de carga).
He corrido más, aunque con alguna molestia latosa que otra. También he cubierto el cupo de sesiones de piscina aunque ya vuelven las "aguas a su cauce" (mira tú qué apropiado me ha quedado esto) y los tiempos de controles parciales que hago de vez en cuando no han bajado más.

Supongo que ahora llega una etapa de asimilación de la mejora adquirida hasta ahora. Y espero que, en un futuro no muy lejano, se produzca el siguiente remonte de escalón.



Y hasta que llegue ese momento (y para que llegue)... a seguir currando.

2 comentarios:

robert mayoral dijo...

buen entreno, ya verás como pronto subes ese escalón que dices....el truco está en trabajar y trabajar bien, cosa que estás haciendo, así que después de sembrar toca recoger, felices fiestas!

Myrik dijo...

Muchas gracias y bienvenido, Robert!

Por el momento, se trata de ir poquito a poco... que la materia prima no da para grandes alardes ;O)

Un saludo!