martes, 9 de diciembre de 2008

Malas artes (segunda parte)


Pues sí... no quería creerlo hoy cuando tal imagen se apareció ante mí, pero era verdad!

Esta mañana llegué a cumplir con mi entreno de carrerita en cinta (dada la persistente lluvia) + natación, con dos pensamientos en la cabeza:
a) Cuando acabe, tengo que pasarme por recepción y preguntar de nuevo por mi bañador, por si alguien se lo llevó con la humilde intención de devolverlo (y luego se olvidó de hacerlo inmediatamente).
b) Además, pediré cita para ver si descargo un poco la espalda (que estoy con una latosa contractura desde el viernes).




Y a eso de las 14.45, con los deberes ya hechos, me dirijo a las taquillas para coger los geles y la esponja cuando... (será posible lo que estoy viendo???)... ante mí se me aparece la imagen de una desgarbada treintañera luciendo un Speedo Endurance igualico al que me afanaron hace poco más de una semana.

España es asínnn. Sí! Parece mentira pero la gente puede tener la suficiente falta de vergüenza como para ponerse una prenda robada en el mismo sitio y a la misma hora donde lo sustrajo. (Así como se puede ser lo suficientemente cutre como para mangar y utilizar un bañador de segunda mano).
Pero claro, después de la cara de tonta que se me ha quedado, lo siguiente era decidir si abordaba a la piba en cuestión o no. Y claro, aquí llegan las dudas.
Porque mi bañador estaba en perfectas condiciones; no tenía ni un agujerín, ni un hilo suelto, ni el forro descosido, ni lo había marcado para evitar confundirlo con otro (¿para qué... si nunca en dos años había visto uno igual???).

Así que, pensando en cómo afrontar la situación, pues he acabado por decidir que no tenía nada que hacer:
Lo de ponerse en plan "... Pérdona, es que me dejé un bañador hace unos días y... bueno... esto... quería saber si es ese", pues como que no. Porque equivale a: "Mira, el otro día me robaste el bañador. Yo lo sé; tú más... pero no tengo cómo demostrarlo así que, si me dices que es tuyo, pues lo siguiente que me toca es comérmelo y pirarme a casa igual de rebotada y, además, con el mosqueo añadido de que me mientes en mi carita".

En fin, que ahí se ha quedado la cabrona esa con mi bañador, como se suele decir... tan pancha.




Por lo demás, un entreno sin puntos que destacar: la carrerita a ritmo facilón, aunque en la cinta eso es casi sinónimo de "alegre". Y el nado, bien: me dediqué al aeróbico medio, nado continuo y volviendo a mejorar la marca en los 500m.

Y de la bici, supongo que igual que el resto de los triatletas y ciclistas, ya ni me acuerdo. Con tanta lluvia, viento y frío, en este mes sólo llevo acumulados 25 kilometrines de una sesión de spinning. Y esto no parece que vaya a cambiar... menudo invierno, joer!

No hay comentarios: