jueves, 3 de julio de 2008

Primera transición

Llegó la Primera Transición. Pero no la que se fija entre la natación y el segmento de bici, sino la primera parada para desligarnos de los calores extremos veraniegos y "romper" con la rutina.


Sé que llevo una temporada no muy disciplinada; las lesiones no me han permitido entrenar con tanta intensidad como debería haberlo hecho, asi que, aunque no me lo mereciese por "currante" en los entrenos, sí que lo necesitaba por dar el callo en el curro, porque este año llevamos un volumen de trabajo mucho mayor que el pasado. Las guardias nos vienen saliendo a una media de más de 4 avisos.


Asi que, como buen tónico para desligarme de las movidas cotidianas, el jueves pasado, al salir de guardia, tiré junto con la familia al completo hacia Asturies.



Y, como se diese la circunstancia de que, llegados a Proaza, llovía fino y abundante, en lugar de quedarnos por allí para hacer al día siguiente la Senda del Oso, seguimos hacia Colunga hasta encontrar alojamiento en el tranquilo Pernús (en la Casona del Fraile), donde Carmen y su pequeña Vanessa nos trataron de maravilla.


El viernes amaneció despejado y aprovechamos para ir a Infiesto, donde hicimos una rutilla maja (Las Foces del Infierno). Acabamos a eso de las 17.00, momento en que nos marchamos a Arriondas, para concretar con Fymaventura el alquiler de las canoas para descender el Sella al día siguiente.



Como el tiempo iba a estar bien, había hablado con mi Titillo para que se subiese si hacía bueno a pasar el finde con nosotros, asi que, a eso de las 20.30, llegó a Colunga, donde cenamos abundantemente todos juntos.

El sábado quedamos con Monchu Cerra (ganador en varias ocasiones del Descenso Internacional del Sella en K1 y K2 y propietario de Fym) para recoger las canoas y fijar una hora aproximada de regreso.



La actividad fue divertidísima. Este deporte es genial; se curra un montón, hay que procurar llevar una buena técnica de paleo para evitar molestias en espalda, hombros e incluso, piernas.
Le cogimos el rollito rápido y paramos a mitad del recorrido para comer un buen bocata y una naranja, cortesía de la empresa.

Seguimos el descenso, agradable por la temperatura del agua (fresca pero no demasiado fría) y del clima (caluroso pero no excesivamente) y a eso de las 15.15 arribamos al punto final, tras 16 kilómetros a bordo de las canoas.

A las 17.00 volvimos a comer unos bollus preñaos y empanadas de la zona, que compramos en una panadería muy conocida en Arriondas (Mon) y nos quedamos un ratito paseando por el parque chulísimo de la localidad, que está preparado con circuitos para entrenar.

Por la noche, Tito y yo cenamos en Colunga un poco de lacón con cachelos y pastel de cabracho. Había fiesta en el pueblo, pero no estábamos con demasiadas ganas de esperar a que pasasen los pasodobles y llegase la cañita rockera, asi que volvimos al alojamiento.


El domingo regresamos a Madrid. Teníamos intención de ver la final de la Eurocopa con los Halcones, pero pillamos atasco a la entrada por la A-6 y no pudo ser.



Y en cuanto a los entrenos, los retomamos con ganas (y cansancio) el lunes: Sesión de agua por la mañana, con 2500 m. en los que incidimos bastante en la técnica, y carrera continua a ritmo alegre por la tarde: 8500 m. a ritmo de 4:58 el kilómetro. Un buen entrenamiento sin molestias en las piernas.




El martes, que estaba de guardia, pude hacer una horita de rodillo y otros 45' de trabajo abdominal y de bíceps-tríceps.
La guardia, aunque tuvimos 5 salidas, no se dio mal: estuvimos durmiendo casi toda la noche. Desde la 1.00 hasta las 5.45 que nos despertaron para anular la intervención, en el momento en que salíamos con la UVI por la puerta del parque. Y desde las 6.00 hasta las 7.45, hora en que nos llamaron por una hipoglucemia que acabó trasladando una convencional.


Luego, me fui directamente al podólogo (Ángel Glez. de la Rubia), que me hizo un estudio completo de la mecánica de carrera y pisada.
Por fin tengo diagnóstico: soy pronadora, capaz de corregir el defecto de apoyo cuando camino pero no cuando corro. Necesito unas plantillas para adaptarlas a las zapas de correr, que me tendrán preparadas en 15 días.

El Dr. de la Rubia es un hombre majísimo. Muy atento, muy amable y de trato fácil. Respondió a todas mis preguntas y escuchó con interés todo lo que le fui apuntando. Salí con muy buena sensación de la consulta. Ahora sólo espero no tener problemas de adaptación a las plantillas y que todos mis problemas y lesiones no den la cara más.

Por la tarde, y de nuevo con Fredy, salí a correr con intención de hacer el circuito de tobogancitos a ritmo fácil. Pero nos íbamos encontrando bien, cómodos, ligeros, y sin darnos cuenta, metimos un ritmo bastante más rápido de lo que, a priori, teníamos intención de marcar: acabamos los 9750 m en 50:37, a 5:12 de media.


Hoy, por el momento no he hecho nada. Pensaba salir con la bici a última hora de la tarde, pero sólo iré si Fredy llega a tiempo.
Esta mañana tenía que solucionar una movida de lo de la casa, asi que he invertido toda la mañana en ello y en hacer la compra y poner lavadoras.


Ahora empezamos en el curro a doblar guardias: Entra el horario de verano cuando menos apetece "sudar" (y nunca mejor dicho) el uniforme. Pero es lo que hay... asi que, de vez en cuando, un chapuzoncito o una carrera lo harán más llevadero.

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