martes, 24 de junio de 2008

Para el Tarzán del Mondalindo

Érase una vez un hombre cuya dureza física hacía pensar a todo el mundo que su cuerpo estaba forjado de acero y que el recubrimiento de piel era un disfraz para pasar desapercibido, como los personajes de esas películas de humanoides y replicantes.



Este hombre, a pesar de toda esa dureza, de su capacidad de sacrificio que incluso rayaba el masoquismo, tenía un carácter bondadoso, muy noble y alegre, al mismo tiempo.

Sabía ser maestro para los más débiles que él, ayudándoles a forzar sus capacidades para que lograsen sus objetivos.
Era tierno con los niños, amable con las mujeres, sincero con todos.


Desempeñaba su profesión con más brío y voluntad que ningún otro. Arriesgaba, porque su confianza en él mismo estaba por encima de cualquier riesgo que le pudiese plantar cara.


Corría en montaña con los mejores resultados: El número uno en todas las cimas, el mejor bajando por donde sólo las cabras son capaces de hacerlo, el que más alto subía en todos los podios.
Y además, cantaba como los ángeles.



Hoy hace dos años que se marchó. Él, que siempre estaba atento a todo, como un animalillo astuto, como su Caña y su Huesillo, no pudo percatarse de lo que iba a acontecer en un único instante fatal. La carretera nos lo arrebató tan injustamente...




Ya sólo podemos acercarnos a él a través de los grandes recuerdos que nos quedan en nuestras mentes y de las imágenes que están grabadas a fuego en nuestras retinas:
Muchas anécdotas, un montón de frases peculiares y risas... porque Fernando era capaz de animar a cualquiera con sus ocurrencias.

Sirva este post para rendir obligada memoria a su persona; sirva, para poner como ejemplo a seguir a este personaje sobrehumano que nos ha dejado a muchos un vacío muy grande.




Fernan, qué grande eres!!!

domingo, 22 de junio de 2008

Un deporte corrosivo

Pues efectivamente, esa es la sensación que vengo sacando últimamente acerca de lo que este deporte llamado triatlón es en esencia.

Un triple deporte que se convierte en triple obsesión al primer despiste. Una triple inversión económica en material; un desgaste triple, el empleo del triple de tiempo para entrenar y hacer movimientos logísticos y la necesidad de reponer, una vez has acabado los entrenos, el triple... porque cuando te has metido en el triatlón, parece que no comes por uno (o por dos, como las embarazadas), sino por todas y cada una de las tres disciplinas que merman tus reservas en cada sesión.

Pero aunque el triatlón corroe cuerpo y mente, también deja sobre ellos un estigma que cicatriza haciéndolos más duros.
Nada hasta que lo hagas como un pez, pedalea con el fin de vencer al viento, corre como si el camino se fuese a derretir bajo tus pies. Y descansa, satisfecho por el trabajo (entrenamiento) realizado cada día.



Recuerdo (y no puedo evitar esbozar una sonrisa al hacerlo) los comentarios de uno de mis profesores en la Facultad; concretamente, el de Fisiología Humana:

"...la natación nunca podrá ser el deporte más completo, porque no está hecho para el ser humano: En ninguna cabeza puede caber que este sea el deporte más beneficioso para el individuo, teniendo en cuenta que se desarrolla en posición horizontal, postura, a todas luces, nada natural para el ser humano, quien está fisiológicamente adaptado para permanecer y ejercitarse en bipedestación... Aunque, claro, de más está hablar de las gimnasias (artística, rítmica...) cuya creación es la mayor aberración que ha tenido "a mal" producir la mente humana... con todas esas contorsiones y volteretas..."






Cuando me acuerdo de estos comentarios y del "fanatismo científico" de aquel profesor mío, al que, finalmente arranqué un mísero "5" para aprobar la asignatura con un año de demora, entiendo en parte lo que quería transmitirnos.

No hay nada que discutir sobre el hecho de que un órgano que trabaja habitualmente en posición vertical y que funciona a base de cambios de presión (como es el pulmón) no puede funcionar con la misma rentabilidad si la posición varía.
En natación eso sucede. Pero el entrenamiento está hecho para adaptar al cuerpo a las situaciones de estrés, exigencia, incomodidad, etc. Y esto no es una excepción.

Cuando estás en plena sesión en la piscina y el cuerpo peta, la mente le suele acompañar. Yo me acuerdo muchas veces de la parrafada que reproduje anteriormente sobre el deporte acuático y pienso que es normal no tirar más. "Joer, que mi cuerpo controla de Fisio al 100% y sabe que esto no es natural". Pero son excusitas que vienen muy bien para justificar el hecho de que algunos cuerpos flotan y se deslizan coordinadamente en el agua y otros, como el mío, no encuentran el puntito para hacerlo.


De las 5 últimas sesiones de entrenamiento que he hecho esta semana, 3 han sido de piscina. Ahora, estoy tratando de modificar la técnica de nado. He comenzado por la longitud de brazada. Convencida como estoy de que 21-22 brazadas por largo son demasiadas, llevo estos días intentando (y consiguiendo!) deslizar más en cada movimiento de brazo. Ahora estoy en 19.




Pero me quedan nuevos puntos por descubrir y machacar: estoy nadando con más deslizamiento (más LB), pero necesito mejorar la tracción a continuación. Es decir, tengo que procurar ligar más finamente la entrada de la mano, el agarre y la tracción, hacer que surjan con continuidad y fluidez para así conseguir una brazada más eficiente.

Por el momento, es un pequeño progreso, aunque he tenido que pasar del crono (porque me parece que va a ser lo suyo y porque si no lo hago, saldría derrotada mentalmente, al ver cómo estoy nadando mucho más lenta). Pero he optado por esto: sacrificar la "velocidad" de nado, por llamarla de alguna forma, por la mejora de la técnica.



Y sobre lo que más tendré que incidir será sobre la coordinación pies - brazos. Estoy segura. Porque nunca he acabado de tener la sensación de que la patada que realizo es efectiva. Mucho ruido y pocas nueces, me temo.

miércoles, 18 de junio de 2008

Fotos del Clasificatorio de Vigo

Una vez reveladas las fotillos del Triatlón de Vigo, las dejo aquí como muestra de un finde estupendo. A disfrutarlas!!!


Ultimando detalles en boxes.



Cámara de llamadas


Saliendo del agua tras el segmento de natación


Abandonando la T1, para iniciar el duro segmento de bici.
Llegando a la T2, para comenzar a correr.


Dos hermanitos entrando en meta juntos.




Junto con mi pequeño katxalote, antes de la prueba.




Con las gomitas de las zapas, en boxes.
Fredy preparado en la cámara de llamadas.

El katxalote sale del agua.


A puntito de llegar a la T2 para rematar la faena corriendo.

martes, 17 de junio de 2008

Escalando en Vigo

El título de este nuevo post podría llevar a error si quien lo leyese no hubiera sabido de mí desde hace unos pocos meses.

Y es que hace poco más de un año, mis días transcurrían entre plafones y roca, tratando de progresar en vertical (y horizontal!... que los entrenos de travesía bloquera en el rocódromo no son más blandos que las salidas a roca).


Pero me fastidié un dedo, uno de esos fríos días de Enero en que racaneas con el calentamiento y metes la pata (o el dedo, donde no debes).

Empecé entonces a salir con más frecuencia a correr, aparqué el machaque de gimnasio (pesas, dominadas...) y me volvió a pasar por la cabeza la idea de pasarme al triatlón, como comentaba en otro post. La escalada se fue enfriando en mi cabeza.


Y así llegamos al día actual, en que estoy de regreso de un finde bien invertido en el Clasificatorio para el Campeonato de España de Triatlón de Vigo (y van dos... con el de Cullera).

Y hablaba de escalar porque, tras un viajecito bien llevado de 600 km. con la bici de Fredy, mi Toñiki, nuestra mami y unos cuantos macutillos, al alcanzar la ciudad, mi brother y yo nos acojonamos viendo lo que curveaban, subían y bajaban las carreteras de la hermosa villa de Vigo.

"No me jodas... dónde coño nos hemos metido???"
"Fred, anda que no había clasificatorios más llanitos, macho!!"
"La madre que me parió, en qué hora dije yo lo del triatlón!"

En fin, acojonados, sí. El caso es que a las 23.30 de la noche nos dedicamos a localizar el recorrido del tri. Nos quedó claro en parte, ya que no se veía mucho, pero, algo más tranquilos (no mucho por la bici, pero sí por la sensación de haber hecho un poquito los deberes), nos fuimos al acogedor bungalow, muy recomendable, del Camping Playa América, a unos 10 km. de allí.
Cenamos rápido y preparamos las camitas, porque al día siguiente, teníamos que comer no mucho más tarde de las 12, para estar con tiempo en boxes y preparar las máquinas.


El sábado amaneció un día fenomenal. Buen sol, no excesivo calor, poco viento.
A las 14.55, después de tenerme que marcar dos veces porque... zoquete de mí!, dí el número de dorsal de mi hermano (jajajaja), me coloqué en la salida, dispuesta a mejorar lo de las compes pasadas.

El agua era tranquila. Busqué pies y no aguantaba demasiado, pero conseguí llevar alguna referencia casi constantemente. Lo bueno es que tenía la sensación de no estar perdiendo mucho tiempo con las primeras; parecía que no iba muy atrás, que no llevaba demasiadas por delante cada vez que miraba al frente buscando puntos de orientación.
Y así fue. Salí 9ª del agua, después de un auténtico baño de algas, picando 13:31.

Hice una transición penosilla. Para empezar, había nadado con más exigencia que en Cullera, así que la salida que hice fue un poco perrilla. Fui caminando hasta unos pocos metros antes de la orilla y me acabé de quitar el neopreno con calma...
En fin... rollo "me están estresaaandooo".

Me despisté un poco al llegar a boxes pero salí con la bici con bastantes ganas. Eso me duró el tiempo que tardé en darme cuenta de la dureza del recorrido.

Creo que pasé a alguna chica; creo que también alguna me pasó. Y, al llegar a la subidota, fui dosificando para no machacarme mucho, en tanto no supiera lo duro que era el resto del circuito.
Al coronar el túnel, llegaba una bajada cómoda, para meter plato y, a continuación, un giro de 180º, bastante técnico, que tenía que trazar con mucho cuidado (y el miedo que me caracteriza).
Después, subida tendidita pero mucho más llevadera que la del otro sentido, bajada "a tumba abierta" hasta la curva de 90º, punto en que pincharon muchos triatletas en una junta de dilatación de metal del puente que cruzaba la playa y, para acabar, nuevo giro de 180º, que marcaba el comienzo del circuito.

Con el paso de los minutos y de las vueltas, sentí que iba recuperando tiempo, que me encontraba más fuerte y que subía mejor que algunas de las chicas que estaban por allí. Aunque el ritmo no era para tirar cohetes ni mucho menos.
Me despegué de una chica de Atalanta que no aguantaba el ritmo subiendo y, al llegar a la T2, marqué 43:27 (una guarrería, a pesar de la dureza del trazado. Si no, véasen los tiempos de las élite) y salí a rematar corriendo que, parece ser que viene siendo lo que mejor se me da.

La carrera por el paseo marítimo era llevadera. Todo llano, muy llano y pudiendo hacer un control de las chicas que iban por delante.
En un momento dado pensé que iba 6ª, pero debí de contar mal porque finalmente, adelanté a 3 y entré 4ª de la general (aunque sólo éramos 22) y... PRIMERAAAA de mi Grupo de Edad, lo cual me alegró la tarde.


La carrera, a ritmo de 4:30/km. sostenido la acabé en 22:29, algo peor de lo que podría haberlo hecho.

El tiempo final fue de 1:19:27, cercano al de Cullera, aunque teniendo en cuenta que aquel circuito era más corto y más llano.

En definitiva, me quedé bastante contenta con el resultado aunque me consta que tengo que apretar mucho más en bici y mejorar un mundo nadando, para poder estar en "la pomadita".

Además, la ilusión de haber subido al podium se truncó cuando el portavoz de la FETRI comentó que, debido a un fallo en la organización, no habría entrega de trofeos para los Grupos de Edad y que nos mandarían éste a casa en el plazo de unos días. Joer, si lo que mola es la fotito para el recuerdo!


Por lo demás, después de aprovechar el resto del finde para visitar Baiona y Vigo y comer a lo gallego, volvimos a organizar el coche y sus escasos espacios, para acoplar material, conductores y madre, y tirar para Madrid.


Y de vuelta a los entrenamientos, ahora toca preparar la siguiente competi, que probablemente será el Tri del Parque Juan Carlos I, el 20 de Julio.

Ayer hice una tirada larga corriendo; 12,4 km a ritmo suave (5:27/Km), solita, pero sin molestias en el gemelo porculero. Cuando estaba acabando, comenzó a chispear una lluvia finita que me vino fenomenal para rematar la tarea.

Y hoy, acompañada por Alfredito y mi padre, hemos ido hasta Soto. La ida ha sido más alegre que en ocasiones anteriores y la vuelta... la vuelta, no digamos! Al final, los 69,6 km han salido a 28.55 km/h de media. Hemos parado el crono en 2:26:15. Yo pensaba que eso no estaba a mi alcance. Sin embargo, ahora me asalta una duda:

Sé que soy un paquete técnicamente. Tengo que mejorar mucho la técnica subiendo y el trazado de las curvas, pero me consta que el tiempo de hoy no es malo, que va siendo buen ritmo.
No obstante, en los tris siempre me sale peor. No sé si es que reservo demasiado por miedo a no llegar bien al resto de la prueba o si es que no encuentro mi ritmo. Tal vez me falta experiencia. Bueno, eso seguro... porque sólo he hecho 2 subsprint y 2 sprint.
El caso es que hoy he entrenado casi a solas, porque estos tiran y yo tengo que poner mi velocidad crucero, porque la suya no la aguanto. Pero me cuesta creer que pueda estar taaan lejos de las chicas de Grupos de Edad que pedalean bien.

A ver si localizo el fallo. De momento, a seguir entrenando.

miércoles, 11 de junio de 2008

II Triatlón de la Mujer


Superado otro de los objetivillos de la temporada y con muy buenas sensaciones.

El sábado pasado (día 7 de Junio), tras un entrenamiento el día anterior consistente en un rodaje de algo más de 5 kilómetros a 4'32" de media, seguido de 58 km. en bici a 27,07 km/h (la ida la hicimos tranquilitos hasta los repechos y la vuelta, volando a más de 32 km/h), me enfrenté a la puesta en prueba de la temporada: El II triatlón de la Mujer, en la Casa de Campo.


En boxes.






Mi aficción a este deporte se consolidó precisamente el año pasado, durante la celebración de la Primera Edición. Si bien yo entrenaba habitualmente, no había comenzado aún a correr con cierta frecuencia y todos mis entrenos anteriores (especialmente, hasta Enero, unos meses antes) iban más enfocados a la ganancia de fuerza y técnica para escalar que a cualquier otra cosa.
Me "changué" un dedito a principios de año y decidí recuperar poco a poco, pero, sin darme cuenta, y ayudada por el mes que me pasé de vacaciones en Tailandia, me fui olvidando de la escalada y de las sesiones de pesas y dominadas, para centrarme más en la carrera.


Así, llegó Junio y me inscribí en esta prueba; El resultado no fue del todo malo. Participamos casi 300 chicas y yo quedé en el puesto 32º y 7ª de mi categoría. Acabé la prueba en un tiempo de 40'33", con la sensación de haberlo dado todo (muy muy cansadita), disfrazada con top y malla corta y cabalgando sobre una BTT.

Este año, mi objetivo era superar lo conseguido el pasado año. Si bien ahora puede parecer que esto era "pan comido", el día 7 llegó y yo no tenía "cuerpo de compe". Vino mi prima Laurita; disfrutamos junto con mi madre del Triatlón de Relevos en que participaba Alfredito que... joer, un par de semanas de entrenamiento y sale el 3º del agua, 8º en la bici y acaba 6º de su manga (y, según calculamos, 15º de unos 250 tíos). El que tuvo, retuvo!




Entonces llegó mi hora. Yo tenía la inquietante sensación de que la bici de carretera me jugaría alguna mala pasada en alguna curva o bajada, porque últimamente ando muy miedosa con el tema de los rastrales pero aún no me veo para tirar con los automáticos en competición.

Estiré bien, calenté más bien poco y descubrí que, una vez más, saldría en la 2ª manga, con lo que eso supone: tratar de aguantar a las tuyas y sortear como puedas a todas las que se van quedando de la manga anterior.


Pasadas las 19.00 h me vi en el pantalán, esta vez ataviada con el mono del Ultrafondo y dispuesta a dar caña.




Sonó la bocina y empecé a contar brazadas, olvidándome del asqueroso aspecto de las aguas del Lago. En pocos instantes, comencé a ver los gorritos blancos de las chicas de la primera manga. Fui esquivando como pude a unas y persiguiendo sin referencias a otras y, en 5'43" llegué al pantalán, completando los 300m. y corriendo hacia el área de transición.
Aquí superé a muchas chicas. Al pasar por las duchas, mi madre me recordó que me quitara el gorro y las gafas y, rápidamente, llegué a mi bici.

La encuentro sin problemas, me calzo, me coloco el dorsal y me abrocho con ligera dificultad el casco y... cuando llego a la zona autorizada para montar la bici, tras haber superado a otras cuantas durante la transición (1'40"), comienzo con los problemas para despegar. El pie no entra, ostia... vamos... ya! Pero una chica se me coloca justo delante y, cuando arranco, la afilo y me caigo contra la valla (que menos mal que estaba allí, si no... aterrizo en el suelo!).

Vuelvo a reiniciar. Al fin, lo consigo; y en la primera curva, primera bronca a una porque se cierra tanto que casi me vuelve a tirar.

Pero cojo ritmo subiendo y paso a otra buena montonera de chicas. Llego arriba y giro con cuidado.



Empiezo a bajar y noto que voy sola. Y sola sigo hasta la segunda vuelta, en que, subiendo, me cogen 3 chicas desde atrás (dos de ellas con el plataco metido); tiro a rueda hasta la bajada en que, durante la curva de la mitad del recorrido, se me van. Acabo el segmento de 10 km. bici en 19'30" (a 30.77 km/h de media)

Llega la T2 y cazo de nuevo a las chicas de la bici. Esta transición fue de libro, rapidísima: en 44" había entrado y salido de boxes.



Toca correr: pero Pili y Mili van muy fuertes y me descuelgo durante el kilómetro de subida. Supero a dos chicas pero, la que se ha quedado conmigo, también está más fuerte y puede tirar un puntito más rápida que yo.


En el giro veo la moto; no voy mal. Una, dos, tres... muy pocas chicas por delante. Creo que puedo ser top ten.

Y lo soy!! Tras los 2 km de carrera a 8:38 (4.19 km/h de media), llego a meta como 6ª clasificada de 275 chicas y 3ª de mi Grupo de Edad, aunque este año no hay premio para estos. El crono marca 35'52".


Estoy contenta. Lo he hecho bien, aunque me he exprimido a tope. Pero he mejorado mucho y compruebo que las chicas que me han superado son buenas triatletas (4 de ellas han corrido en élite).


Además, el lunes entrené en el agua con Fredy, el maquinón. Verle deslizarse por la piscina me reporta la misma sensación que tuve cuando, estando buceando en Koh Tao, veía nadar sobre mi cabeza a aquel enorme tiburón ballena. Suavidad, elegancia, fluidez... todo eso y mucho más: la facilidad con la que mi hermano se desplaza en el medio acuático me provoca incluso el ensimismamiento. Me quedo con la boca... oohahahhh.... abierta a tope. Qué pasada!



Pero además de lo guay que resulta que mi hermanito menor me acompañe a entrenar ahora que también a él se le ha metido el demonio del triatlón en el cuerpo, comprobé que mis ritmos son mejores: picando los cienes en 1'42" - 1'48" y con mejores sensaciones en lo referente a la coordinación. Sólo entrenamos 2000 m. y no puedo ni siquiera plantearme ir a pies un sólo largo, pero si se deja, entrenar con aletas, mientras él nada completo o con palas, me va a venir muy bien para mejorar.




Qué buen rollo!!!

martes, 3 de junio de 2008

Progenie

"Resistiré, resistiré hasta el fiiiinnnn..." Citando a los grandes "Barón Rojo", versioneados más tarde por los geniales "Attaque 77", me propongo aguantar como sea el paso de este mes, entrenando con cabeza y mimando mis maltrechas piernas a base de cremitas, aceites, estiramientos y masajes, hasta que lleguen las citas con la traumatóloga y el podólogo y así, poder abordar el asunto con más esperanza, gracias al saber hacer de la experiencia de esta gente.


Después de unos días de entrenamientos sin un solo día de descanso total (han sido 11 seguidos, algunos de ellos doblando), ayer dediqué la "post-guardia" a avanzar asuntos relacionados con la casa (recogida de escrituras y petición de la licencia de obras) y a descansar, que no había dormido mucho.


Hoy, tras una mañana bien aprovechada en que mi Salvita y yo hemos ido a Colmenar en menos de 1 hora y 34 minutos (a 28.84 km/h de media), comimos y tuvimos una interesante charla sobre la vida antaño. Penurias, humillaciones, sacrificios insospechados por mí se han descubierto ante mis ojos y mis oídos. Hay tantas cosas que desconocía. Se aprende tanto de la gente que tan bien te quiere y que te hace llorar de emoción con estas historias, que se me pasó por la cabeza la idea de que el libro más bonito que podría escribir alguna vez si me lo propusiera no podría versar sobre ningún otro tema.


Qué grandes son mis padres! Cuánto han luchado y cómo siguen haciéndolo... Qué orgullosa me siento de ellos y de todo lo que son capaces de llevar a cabo!


Siempre que cuento que salgo a correr con mi madre o a montar en bici con mi padre, la gente se queda "pillada". Eso no es lo habitual, no es lo común.

Porque mis padres, podrán no tener una carrera universitaria, les costará más que a otros manejarse en ciertas parcelas de la vida y sentirán la impotencia de no saber por dónde moverse para solucionar problemas burocráticos; es normal, porque nadie pudo darles las oportunidades que necesitaban para ser capaces de hacerlo; sin embargo, para mí son los mejores.

Porque son capaces de mucho más que otros que se creen algo: pueden subir contigo al pico más alto de Pirineos, pueden correr a tu lado la Sansilvestre Vallecana, pueden darte aliento cuando tus piernas no son capaces de pedalear más fuerte, pueden estar toda la noche sin dormir porque al día siguiente tú te juegas tus posibilidades en una oposición, o invertir sus ahorros en pagarte una matrícula universitaria, los carnets de conducir o cualquier complemento deportivo para que disfrutes de tu aficción.


Mis padres son como son y para mí son los más grandes. No los cambio por nada.